Wednesday, November 5, 2014

Sueño de un niño, un hecho de grande

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De niño siempre estaba pendiente de lo que hablaban los grandes y tenía mucha curiosidad de sus conversaciones. Mi madre me regañaba porque yo prefería leer el periódico que jugar con mis hermanos, sin embargo, mi método de distracción era jugar de grande.

La camisa blanca del uniforme de escuela de mi hermano mayor, una mesa con la cortina blanca de mi cuarto, el diccionario de español y las pastillas de menta que compraba en la pulpería, lo convertía en: el vestido, el altar, la biblia y las ostias que utilizaba para oficiar las misas frente a mis dos hermanos menores y varios primos que asistían a mi cuarto para escuchar mis sermones.

Mi mamá siempre dijo que yo quería ser sacerdote. Sin embargo, yo descubrí que, lo que admiraba de aquel señor que todo mundo le tenía respeto, era su elocuencia para expresarse en público.

Otra excusa para jugar eran los programas de la periodista Cristina Saralegui. Yo me aprendía y anotaba los diálogos de los casos que aparecía en el Show de Cristina, para después poner a mis hermanos y primos a interpretarlos. Así desarrollaba muy propios programas caseros.

Mi mamá y mis hermanos, estoy seguro que lo vieron como simples juegos de niño, pero para mi significan los primeros pasos para que yo descubriera que comunicar es la profesión que bien me queda, o por lo menos es lo que me gusta.

Pasaron 15 años para que el sueño que me hacía jugar se convirtiera en una realidad. En el 2012 me convertí en periodista del programa Buen día de Canal 7 de Costa Rica, al lado del periodista Edgar Silva, el entrevistador más respetado del país en los últimos años.

Nada fue fácil, tuve mil tropiezos y mis inseguridades eran más que sangre en mis venas. Los recuerdos de mi infancia era la única fuerza para seguir. Al mismo tiempo descubrí que, si fuera fácil cualquiera lo haría, y no, no cualquiera puede. Para estar en esto hay que ser muy apasionado, hacerlo con amor y demostrar entrega.

Así me tocó hacerlo cuando busqué mi primera oportunidad en un medio de comunicación, donde los papeles se invirtieron. A mi no me entrevistaron, yo entrevisté.

Lo describo de esta forma porque, una tarea universitaria me dio la oportunidad  de conocer a Edgar Silva. Ese encuentro fue la mejor razón para demostrar, mi potencial para ser periodista. No solo gané una buena calificación por la entrevista, también me gané la oportunidad de realizar la práctica profesional en un programa de televisión.

Ahí me mantuve el tiempo que el destino tenía para mí, el suficiente para demostrar que tenía la voluntad de aprender y hacer lo que me gusta. Enumerar una lista de conocimientos que adquirí es imposible, hasta los errores se convirtieron en la mejor marca de mi meta.

Aunque a veces me quiero caer, siento la firmeza de mis pasos y desconozco el rumbo de mi camino, pero si vuelvo a mirar hacia atrás me encuentro con algo que me da mucha fuerza y me saca una sonrisa… el logro de haber convertido mis juegos de niño es un hecho real.